(Morella 1908-1989). Arxiver de la nostra ciutat des del 23 d’octubre de 1956 i Cronista Oficial de Vinaròs des del 20 d’octubre de 1958 fins la seua mort. Capellà de l’Asil de vellets des de 1955, fins els anys vuitanta. Condeixeble en el seminari de Tortosa del mestre Manuel Foguet, on va cursar tota la carrera eclesiàstica, va ser ordinat sacerdot en 1933, cantant la primera missa a Morella Fou nomenat Delegat del Servei de Defensa del Patrimoni Artístic de la província de Castelló. Fundà el “Centro de Estudios del Maestrat” en 1958 i recuperà el Convent de Sant Francesc de Morella, muntant un museu etnològic en ell. Com a fundador i redactor del Setmanari «Vinaroz» (1957) en els seus primers temps, podem trobar tots els seus articles en el llibre «Homenaje a Mossén Milián. 1ª Part. Editat per la Diputació de Castelló en 1988. Per encàrrec del bisbe D. Fèlix Bilbao va visitar abans de la guerra civil de 1936 les poblacions de la Diòcesi verificant un acurat estudi de totes les peces d’interès històric el qual entregà al Bisbe en 1935 amb el nom de “Inventario Monumental Dertosense”, gràcies al qual va poder publicar tota una sèrie d’articles al nostre setmanari local sobre els continguts documentals dels nostres desapareguts arxius. Sent arxiver de Morella i Vinaròs formà part de la Junta de Cronistes del Regne de València, duent a terme una gran tasca d’investigació a Morella, València, Barcelona,Madrid, París, Roma, La Toscana, Tortosa, Saragossa i el Vaticà. Autor de “Morella y su comarca”, destacà la seua guia sobre “El Papa Luna y su evocación en el arte Castellonense. Fou nomenat Membre de l’Acadèmia de Belles Arts de Sant Carles de València i de les Bones Lletres de Barcelona. Destaquem de Mossén Milián el present article sobre Vinaròs que es va publicar en un programa de festes comarcal de 1958 -«Costa Dorada»- , en Mediterráneo el mateix mes i en el diari «Arriba» de Madrid a l’estiu següent; és una de les descripcions més acurades que s’han fet sobre el nostre poble:
«VINAROZ: «La ciudad, que rebasa los diez mil habitantes, está situada junto al mar Mediterráneo, cuyas azules aguas reflejan la blancura del barrio marinero, que se abre en abanico a ambos lados del espacioso Puerto, hoy en obras de su total terminación y ampliación, en el que se cobija la flota pesquera de un centenar de embarcaciones que integran uno de los más elevados valores económicos por el cuantioso volumen de la pesca que se cobra diariamente y que, a su alrededor, mueve los transportes por carretera al objeto de trasladar a los mercados de Madrid, Barcelona, Zaragoza, Valencia y a las factorías conserveras del Norte el fresco pescado vinarocense, de justa y reconocida fama. / Posee un comercio floreciente, al que acuden los pueblos de la comarca, con la que se comunica pornumerosas lineas de autobuses y ferrocarril, y los del alto Maestrazgo, apoyado por multitud de variada industria, entre los que descuellan los productos químicos, ebanistería de muebles, cerámica, conservas de pescado, motores marinos y astilleros. La gran extensión de nuestro término municipal ofrece amplias perspectivas agrícolas, cuyos productos especiales algarrobas, almendras, aceite, trigo, cebada y hortalizas, se hallan en período de intensificación en sus cultivos al socaire de nuevos grupos de riego que los transformarán muy en breve. / En el aspecto urbano, Vinaroz, en pocos años, ha sufrido un cambio definitivo, hoy intensificado por los trabajos de la construcción que se llevan a pleno ritmo y de los que surge una ciudad alegre, de amplias y bien cuidadas calles y plazas, con ambiente de población moderna. Los servicios de bares, cafeterías y los del ramo de la hostelería, con diez hoteles, fondas y restaurantes con una capacidad global de más de quinientas camas, ofrecen la más halagüeña perspectiva para la afluencia turística que, cada año, va a más. A ello contribuyen, además de lo dicho, la fama de la cocina vinarocense, cuyos langostinos y mariscos se conocen en todo el mundo, y las fiestas de la semana grande de San Juan y San Pedro, con un nutrido programa de corridas de toros en su alegre y espaciosa Plaza, verbenas, conciertos, tracas, y actos cívico populares que la hicieron famosa. En la primavera, los desfiles procesionales de Semana Santa, pletóricos de unción religiosa y de lujo y esplendor en los Pasos, son el pórtico por el que nos llega la riada de los turistas nacionales y extranjeros, que no ha de parar ya cara al verano, en cuyos meses Vinaroz se convierte en ciudad cosmopolita, animadas sus calles y plazas por la enorme afluencia de forasteros. / Sus fiestas patronales son las de la Santísima Virgen en su advocación de la Misericordia y la de San Sebastián, cuyas sagradas imágenes se veneran en espléndido Ermitorio situado a pocos kilómetros de la ciudad, coronando la montaña del Puig, desde cuyo balcón se divisa un soberbio panorama que recorta el horizonte desde el Montsiá hasta los confines de Irta, a cuyos pies se destaca la silueta de la histórica Peñíscola. / Las gentes de Vinaroz, de carácter franco y abierto a todas las expansiones, acogen a los visitantes con su hidalguía proverbial y les ofrecen el marco incomparable de su ciudad, puerta del Reino de Valencia en la ruta que llega desde Cataluña, y les brindan el encanto de bellos rincones de sabor antiquísimo y la severa esbeltez de su templo arciprestal. / Vinaroz, en la Costa Dorada, ocupa el centro de la playa abierta a las aguas del Mar de la Civilización latina, y regala en los atardeceres estivales la policromía de su cielo inigualable. MEMORANDUM HISTORICO DE VINAROZ:La coquetona urbe de Vinaroz, bañada por nuestro Mar Latino y colocada en la encrucijada de los antiguos reinos de Aragón y Valencia y el Principado de Cataluña, alcanza una antigüedad notable. Vestigios romanos lo acreditan, los hallazgos del Puig y en aguas limítrofes a su playa lo ratifican palmariamente. / Después de la liberación mahometana, incorporado Vinaroz a Peñíscola, obtiene su carta de población el 29 de Septiembre de 1241, suscribiendola su Alcaide D. Gil de Atrosillo y ratificada por D. Jaime I, en Lérida, el 17 de Febrero del año siguiente. Sucesivamente pertenece a los Templarios y, al crearse la Orden de Montesa, pasa a su patrimonio y así desde 1319 a 1820 le está sujeta. Temporalmente perteneció al Señorío Pontificio de los Papas de Aviñón, en tiempos del Papa Luna, y logra su emancipación de la metrópoli, Peñíscola, adquiriendo su mayoría de edad el 19 de Enero de 1359, señalándose a Vinaroz su particular término municipal y autarquía por el famoso Gran Maestre de Montesa Frey Pedro de Thous. / Vinaroz, por su peculiar situación, fué elegida para albergar el Parlamento «de dins de València» o del bando de los Vilaragut, en 1411 y 1412, que defendía al Conde de Urgel en los derechos a la sucesión en la corona, por fallecimiento del rey D. Martín I el Humano. / En los siglos siguientes se ve aumentada la preponderancia de Vinaroz, manifestándose en sus instituciones gremiales, mejoras urbanas, marinería, «Estudis», atarazanas, nueva parroquia, erección de conventos, comercio exterior, industria alcoholera y vinícola, astilleros y calafates. Goza de especial importancia su playa, siendo utilizada para la entrada y salida de Escuadras, como la de D. Juan de Austria y el Duque de Vendome. En la Guerra de Cataluña: 1650 a 1661 es Vinaroz la puerta de Castilla por donde entran los personajes exilados o refugiados. Las convulsiones militares de la Guerra de Sucesión -1701 a 1714-, la de la Independencia, en 1808, la Realista en 1821, y la primera Carlista también, tuvieron sus episodios guerreros en esta ciudad. / Sus gestas e importancia fueron reconocidas, concediéndole Isabel II, el 10 de Diciembre de 1862, los títulos de «Muy Noble y Leal», a los que Alfonso XII, en 11 de Mayo de 1880, engarzó el de «Ciudad». / Exponente de un pasado próspero y artístico, ofrece Vinaroz a los visitantes: su Iglesia Arciprestal, de estilo renacentista primario, levantada en 1556-1594; portadita plateresca, de 1562, portada principal barroca, de 1658, con aldabones góticos del siglo XV; cruz procesional barroqueña, de Simón de Toledo, de 1643; custodia plateresca del morellano Gaspar Santalínea, de por 1519; el relicario de San Sebastián, de 1610; tablas valencianas del siglo XVI; talla, la Inmaculada, atribuída fundadamente a Alonso Cano; óleos y frescos interesantes de Oliet. La Casa antigua del Consejo, del siglo XIV, casonas señoriales y las ermitas de los Santos Patronos y San Gregorio./ Desde Vinaroz pueden verificarse atractivos itinerarios turísticos de verdadera y primaria calidad, tales como Ruta de Morella, pasando por San Jorge, Traiguera, La Jana, San Mateo, Catí, Vallivana y la monumental e histórica ciudad de Morella. Ruta de Benifazá, iniciándose por Ulldecona, La Cenia, la «Cova dels Rosegadós» o del Polvorín, con pinturas rupestres, y el Real Monasterio Cisterciense de Benifazá, del siglo XIII. Y la Ruta de Peñíscola, por Benicarló, Parador de Turismo y la siempre única fortaleza templario-montesiana de Peñíscola, con el recuerdo y las relíquias del Papa Luna. Así es Vinaroz y las posibilidades de sus aledaños para el turismo exótico y autóctono, que cada día se incrementa más y más por si mismo, sin necesidad de especial propaganda».